domingo, 24 de julio de 2011

BÒLIVAR ECOLÓGICO...

BOLÍVAR Y LA CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Y ECOLÓGICOS 




Bolívar se educó en la escuela de la vida, leyendo en las páginas de sus realidades comprendió la necesidad de proteger el ambiente, porque éste es vida y prolongación de la existencia  y al 
planificar para el futuro, estaba planificando también nuestro presente y diciéndonos que tal 
cual lo hizo él, nosotros debemos procurar ayudar a construir el presente de las generaciones venideras.  
M. B. Bolinaga, Bolívar Conservacionista, p. 87


Bolívar, aprendió desde muy niño a valorar la importancia del equilibrio ecológico, ya que pudo entender que de el manan todas las fuentes de vida, como es el caso del agua, la flora y la fauna. ¿O no es vital para nosotros el consumo del agua, y los alimentos que nos da la naturaleza tanto en carnicos como en vegetales? 
Primero el suelo nativo que nada, él ha formado con sus elementos nuestro ser. Nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro propio país. Allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado
Alma por la educación"
Simón Bolívar
Desde su niñez, comenzó a  manifestar su preocupación por lo que posteriormente sería un rasgo constante en su vida. Bolívar creció en la hacienda paterna de San Mateo, donde corría por los jardines llenos de árboles y flores. Esta educación en contacto con la naturaleza estuvo marcada por la 
cercana vigilancia de su maestro Simón Rodríguez, quien:  Con frecuencia le hacía levantarse al amanecer,  y  luego emprenderían prolongadas excursiones ... le hablaba de los peligros de la naturaleza ... le avanzaba conceptos sobre la libertad, los Derechos del Hombre ... además, para completar 
su educación, le enseñó a montar a caballo, a manejar el lazo Y a nadar ...
Es importante hacer notar que debido al sistema rousseauniano consistente en una educación intuitiva en el seno de la naturaleza, el maestro Simón Rodríguez encuentra que Bolívar posee las condiciones necesarias que Rousseau le había atribuido a su  Emilio;  y así lo introduce en escenarios bucólicos y fragantes del arbolado Valle de Aragua y de la campiña caraqueña, lo que le  sirve para alimentar su amor por ese atrayente paisaje y su mejor aprovechamiento.  
Lo que Bolívar recibió de Rodríguez en aquel primer encuentro no fueron lecciones ni nociones precisas, sino una inclinación de la mente, más emocional que racional, hacia las nuevas ideas que se estaban formando en el mundo.  Y  a ello aludía muy claramente Bolívar cuando muchos años más tarde decía: "Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo  hermoso."
Tan pronto terminó la guerra,  Bolívar inició la tarea de reconstrucción, tomando medidas  que lo destacaron como el hombre que inició el movimiento conservacionista en América, atendiendo a una mejor coordinación y planificación y de acuerdo con los intereses de los pueblos americanos. Por algo se ha llamado a Bolívar, el padre del conservacionismo en América. Hasta donde se tienen noticias, no se conoce otra figura de la independencia americana que haya prestado tanta atención al conservacionismo como el Libertador, quien "tenía disposición natural e inclinación innata hacia el conservacionismo"
 De manera general, las ideas conservacionistas de Bolívar pueden ser divididas así:   
1. Preservación de monumentos que son testimonios de la culturaprecolombina en América. 
2.  Las que abarcan las aguas, las tierras y las plantas, en lo que  respecta a la naturaleza pura, que se presenta a la  contemplación del hombre desde que éste adviene al mundo.  

3. La protección de la fauna como fuente de alimento para el hombre, de  vestido para cubrir su desnudez y como medio de transporte.  

4. Aprovechamiento racional de los bosques, de los suelos y las aguas, que constituyen el fundamento de la riqueza de una nación y conservan la calidad de vida de sus habitantes.
 La pureza de las aguas, la fertilidad de los suelos y la abundancia de los árboles de un país, son fuentes de bienestar y prosperidad.  

5. La creación de una infraestructura vial para facilitar el acceso de productos del campo a la gran masa consumidora.  

6. La protección que el Estado debe dar a las minas para que explotadas en forma racional permitan el desarrollo de otras fuentes de riqueza, y que la depredación del patrimonio nacional en un lugar sea compensada con la prosperidad de otra área de riqueza inagotable. A la mina se  le extrae constantemente y ésta no se reproduce, pero las materias primas de la agricultura se pueden reproducir al infinito y mejorar la producción y prosperidad.

Podemos señalar, por lo tanto, que Bolívar poseía inclinaciones naturales al conservacionismo, entendiendo desde luego, que su niñez la pasó en estrecho contacto con la naturaleza ya que, además, con sus dotes de devorador de libros, tenía en su biblioteca obras importantes como el Viaje al nuevo continente  de Humboldt y el  Diccionario de América  de Antonio de Alcedo, preparándose de esta manera en su idea conservacionista para, al llegar a las altas posiciones de gobierno, dictar un conjunto de decretos para beneficio de los pueblos americanos.  Es interesante mencionar algunos  de los principales decretos del Libertador, para tener una panorámica clara de su significado:
1. A fin de fomentar el desarrollo económico, el Libertador decreta, en Rosario de Cúcuta, la creación de juntas provisionales de agricultura y comercio.  Rosario de Cúcuta, 21 e mayo de 1820. 

2. Creando de una dirección de minerías en cada departamento.  Lima, 1 de febrero de 1825. 

3. Resolución sobre repartición de tierras a la comunidad. Cuzco, 4 de julio de 1825. 

4. Resolución a favor del aumento de vicuñas en el Perú. Cuzco, 5 de julio de 1825. 

5. Contribución del Estado para reducir a rebaño las vicuñas del Perú. Cuzco, 5 de julio de 1825. 

6. Resolución para que las minas abandonadas pasen a manos del gobierno. Pucará, 2 de agosto del 1825. 

7. Repartimientos de tierras en SantaCruz  Chuquisaca, 14 de diciembre de 1825. 

8.  Agricultura. Chuquisaca, 17 de diciembre de 1825. 

9. Medidas de conservación del buen uso de las aguas.  Chuquisaca, 19 de diciembre de 1825. 

10. Resolución sobre la exportación de ganado. Coro, 20 de diciembre de 1825. 

11. Para fomentar el laboreo de minas se exceptúa a los mineros del servicio  militar  Bogotá, 24 de diciembre de 1828. 

12. Medidas de protección y mejor aprovechamiento de la riqueza forestal de la nación  Guayaquil, 31 de julio de 1829. 

13. Declaración de que las minas de cualquier clase pertenecen a la República   Quito, 24 de octubre de 1829. 

Conviene dejar dicho que el  principio conservacionista del Libertador fue el de dominar la naturaleza para  no destruirla. Como es imaginable, el conocimiento que tuvo del terreno, fue producto de sus infatigables marchas militares, que le permitieron observar de manera directa la naturaleza circundante, lo  que además le posibilitó conocer cabalmente el orden  de problemas que vivía la República Independiente, en términos  de la preservación de sus recursos. 
Una meditación histórica sobre los decretos conservacionistas del Libertador  pone en evidencia que las condiciones ambientales son  procesos naturales que permiten asegurar nuestro porvenir. Bolívar comprendió que el desequilibrio ambiental afectaba en forma negativa a  los componentes del medio. Como político, siempre tuvo claro que el fin primordial de sus decretos era mejorar las  relaciones del hombre con el ambiente que lo rodea, tomando minuciosamente todo tipo de providencias referentes al comportamiento del hombre en su ambiente natural, de manera que todos los recursos, especialmente los no renovables, fueran utilizados con fines productivos, ya que éstos tienden a desaparecer. Para ello, expresaba el Libertador, deben reordenarse los departamentos de acuerdo a sus necesidades  y  recursos disponibles y aplicarse medidas severas a quienes no acaten la responsabilidad de conservar aquello que la naturaleza nos obsequió, para que apreciemos todo lo que nos brinda en nuestro progreso material y espiritual. 
No es desestimable este legado del Libertador, si tomamos en cuenta que con la  evolución del país, con el impulso democrático  y  el advenimiento de la conciencia nacional, se han planteado a Venezuela situaciones realmente graves en lo corresponde  a la destrucción de la naturaleza  y,  en las décadas recientes, con respecto a la contaminación ambiental, especialmente visible en las grandes urbes. 
Nos sentimos inclinados a terminar estas exploraciones sobre el pensamiento conservacionista del Libertador con las palabras vibrantes del maestro Francisco Tamayo: 
No escapa al conocimiento del Libertador el alcance de los recursos de la naturaleza como condición indispensable para la supervivencia de los seres, y de éstos entre sí... Sin embargo, a la preservación de esos recursos se oponían la avaricia, el acaparamiento y el egoísmo más brutal. Así fue entonces en aquellos lejanos tiempos y aún conserva actualidad. De ahí que la palabra de Bolívar... tiene exacta vigencia en nuestros días. Como en tantas otras esferas, la voz de Bolívar tiene acento perenne y sentido universal.
                                                
  
                                                



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